jueves, 7 de mayo de 2015


LA SILLITA LA REINA

Una forma de jugar era la de poner dos niños las manos como las de la foto para que otro se sentara encima, se agarrara a nuestros cuellos y  llevarlo de un sitio a otro.A veces, hacíamos carreras, para ver quien llegaba antes, otras, la usábamos para montar a quien estuviera cansado.

  
Se solía acompañar, aunque no siempre, con la siguiente retahila o canción:

"El sillón de la reina, que nunca se peina;
un día se peinó, y el sillón se rompió".

Al decir "se rompió", soltábamos las manos, cayéndose el niño, si no iba bien agarrado a nuestro cuello.Había más de una caída, pues también, de forma involuntaria, se soltaban nuestras manos porque sudaran, por cansancio, etc.
                                       

martes, 5 de mayo de 2015

QUISIERA SER TAN ALTA COMO LA LUNA.

Hacíamos dos filas, mirándonos de frente y uno de nosotros se paseaba en medio, con las manos en la cintura, mientras cantábamos al ritmo de palmas.Al decir: ay, ay, se paraba y movía las caderas para continuar después:

Quisiera ser tan alta como la luna,¡ ay, ay!,
como la luna, como la luna,
para ver los soldados de Cataluña, ¡ay, ay!,
de Cataluña, de Cataluña.

De Cataluña vengo de servir al rey, ¡ay, ay!,
de servir al rey, de servir al rey
y traigo la licencia de mi coronel, ¡ay, ay!,
de mi coronel, de mi coronel.

Al pasar el arroyo de Santa Clara, ¡ay ay!,
de Santa Clara, de Santa Clara,
se me cayó el anillo dentro del agua, ¡ay, ay!,
dentro del agua, dentro del agua.

Al sacar el anillo, saqué un tesoro, ¡ay, ay!,
saqué un tesoro, saqué un tesoro,
con la Virgen del Carmen y un San Antonio, ¡ay, ay!,
y un San Antonio, y un San Antonio.

San Antonio  Bendito tres cosas pido, ¡ay, ay!,
tres cosas pido, tres cosas pido,
que me des un marido que sea bueno, ¡ay, ay!,
que sea bueno, que sea bueno
y no vaya a la taberna con sus amigos, ¡ay, ay!,
con sus amigos, con sus amigos.


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sábado, 2 de mayo de 2015

ORACIÓN PARA PROTEGERSE DE LAS TORMENTAS.

Cuando chica, siempre se la oí a los mayores, y recuerdo que mientras más cerca estaba la tormenta, con más fervor la decían:

Santa Bárbara bendita,
que el cielo estás escrita
con papel y agua bendita.

En el ara de la Cruz,
amén Jesús.

Al hilo de esto, hay un refrán que dice: "No nos acordamos de Santa Bárbara, hasta que no truena".