Cuando estábamos en la calle jugando y veíamos pasar volando una cigüeña, dejábamos lo que estuviéramos haciendo, y mirando hacia arriba, cantábamos la siguiente canción todo lo alto que podíamos, creyendo así que el animal nos oiría.Mientras podíamos ver a la cigüeña, repetíamos la canción y nuestra voz subía de tono a la vez que se alejaba de nosotros.
Cigüeña, pata de leña,
pata de alambre
que tienes a tus hijitos
muertos de hambre.
viernes, 11 de febrero de 2011
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