domingo, 20 de marzo de 2016

CHISTE-CUENTO

Cuando estaba en la escuela, nuestra maestra Doña Carmen, nos lo contó con su voz agradable, pausada y potente y lo he titulado así, porque siempre me pareció que tenía algo de chiste y de cuento:

Érase una vez un matrimonio.Él era muy comilón, aparte de muy cabezón, y una noche , el marido le pidió a la mujer que le hiciera dos huevos fritos.La mujer le dijo que ya había comido mucho ese día y que solo le freiría uno.Él dijo que quería dos, la mujer que uno, y así, discutiendo que si dos, que si uno, se pasaron un buen rato, hasta que el marido sentenció:

-Como no me hagas dos huevos fritos, me muero.

-Pues muérete,pero yo no te frío dos, porque hoy has comido bastante, dijo la mujer.

Entonces, el marido se hizo el muerto y se lo hizo tan bien  que hasta el médico lo atestiguó.

Llegó la hora del entierro y antes de salir de la casa, la mujer, dijo llorando:

-¡Ay, dejádmelo ver por última vez!

Se acercó al marido y, al oído, le dijo:

-Mira que te llevan, ¿cuántos te vas a comer?

-Dos, contestó el marido.

Camino del cementerio, la mujer pidió varias veces que le volvieran a permitir verlo por última vez.
Y siempre la misma pregunta y la misma respuesta.La mujer cada vez más angustiada y el marido, cada vez más enérgico:

-¿Cuántos te vas a comer?

-DOOOOS!

Al ver la mujer que su marido era capaz de llegar hasta el final, volvió a pedir llorando y gritando:

-¡Ay, dejádmelo ver por última vez!

Y, allí, al pie justo de la sepultura, la mujer, se arrodilló y desesperada, volvió a preguntar:

-¿Cuántos te comes?

-¡He dicho que DOS!, contestó el marido.

Entonces, ella le dijo:

-De acuerdo, te comerás dos.

(En aquellos tiempos, el cura y el sacristán acompañaban al difunto al cementerio, para darle el último responso allí.)

El marido, al escuchar que su mujer le freiría los dos huevos, se levantó y empezó a correr de un lado a otro, gritando:

-Dos me como, dos me como...

Y el sacristán que era cojo, decía:

-A mí no, a mí no...

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