viernes, 26 de noviembre de 2010

EL CONEJO DE LA SUERTE

Jugábamos niños y niñas formando un corro.Se extendía la mano derecha con la palma hacia arriba y se ponía sobre la izquierda, también extendida, de la persona que teníamos a nuestra derecha.

El juego consistía en dar una palmada con nuestra mano derecha a la mano de la persona tenía la suya sobre nuestra izquierda, mientras se decía la siguiente retahila:

-Ahí va el conejo de la suerte,
haciendo reverencia,
con su cara de inocencia.
Tú besarás al niño o a la niña
que te guste más.

La condición del juego era que si le tocaba a un niño, tenía que besar a una niña y si le tocaba a una niña, el beso tenía que dárselo a un niño.Lo que no tengo muy claro es si el juego lo reanudaba el que daba el beso o el que lo recibía.

Recuerdo que con aquel juego, a más de uno se nos ponía la cara "colorá", y por supuesto, los besos eran apenas un roce rápido en la mejilla, al menos por parte de las niñas.

viernes, 19 de noviembre de 2010

RETAHILA PARA SACAR UNA MOTA DEL OJO

Cuando nos cae algo en los ojos, tendemos a cerrarlos y refregárnoslos con las manos. Esto, lo que hace normalmente es aumentar lo que, de por sí, es ya bastante molesto.

Mi madre me decía que lo mejor es no tocarse , y con los dedos, abrir al máximo el ojo en cuestión y mantenerlo así mientras decimos tres veces seguidas lo siguiente:

-Una mota me ha caído, San José me la quitó.
Con la leche de María
ya la mota se ha caído.

Les aseguro que en el 99%, por no decir en el 100% de los casos, da resultado, ya que mientras repetimos la retahila, al ojo le da tiempo de lagrimear y arrastrar fuera lo que se nos hubiera metido. Si alguna vez se resiste, se vuelve a empezar y , desde luego, es muy importante no tocarse el ojo.

jueves, 29 de julio de 2010

ENTRETENIMIENTOS

1- Después de la época de la recogida de las hojas de tabaco quedaban unos palos que llamábamos cañafotes y uno de nuestros entretenimientos era hacer casitas en forma de cono con ellos. Había que tener cuidado al entrar y salir porque fácilmente se podían desbaratar. Ahora lo recuerdo como si fuera un campamento indio.



2-Jugábamos a "las casitas" y como apenas teníamos juguetes, los cubiertos podían ser perfectamente pequeños palitos. Los platos, unas veces eran los platillos de los botellines de cerveza que recogíamos de las puertas de las tabernas y bares, otras, los hacíamos de barro.
Preparábamos "la comidita" con tierra, pequeños chinos que simulaban las legumbres, trocitos de hierba, de flores... y cuando hacíamos gachas, mezclábamos harina con agua y para simular la canela, le poníamos por encima polvo de ladrillo.



3-Nos hacíamos de papeles de colores: envoltorios de caramelos, chicles Bazoca, de tabletas de chocolate, paquetes de tabaco ( Ideales, Celtas), hojas de tebeos viejos... y cuando teníamos dinero comprábamos pliegos de papel de seda de distintos colores.
Nos sentábamos al brasero en la mesa del comedor y los cortábamos a pequeños cuadraditos para luego usarlos en Carnaval como papelillos.
En aquellos tiempos casi todo era en blanco y negro.

4-Recuerdo cómo nos entreteníamos jugando con los recortables y vistiendo a los muñecos con distintos tipos de vestimentas: verano, invierno, lluvia...


5-Aunque venían vendiendo por las calles muñecos de barro, nosotros también los hacíamos. El problema era que se nos rompían con facilidad, ya que nuestro horno era el sol.

6-Con recortes de tela que las costureras nos daban o trozos que había en casa, confeccionábamos ropita para los muñecos que teníamos.


7-Nos gustaba calcar. Unas veces comprábamos el papel de seda blanco y otras aprovechábamos el papel fino que en las tiendas utilizaban para envolver.Me parece que era un buen ejercicio motriz.Como no siempre teníamos goma, para poder borrar utilizábamos miga de pan.

8-Solíamos tener álbumes de cromos que pegábamos con engrudo( mezcla de harina y agua).Debo decir que es un pegamento excelente, al menos para el papel. No sé si tuve más, pero recuerdo, con nostalgia, dos álbumes : eran sobre las películas de Sissi y Marisol.

9- Otra forma de entretenernos era coger el escobón de barrer y ponernos la parte de la caña sobre el dedo corazón y así, como un equilibrista, intentar aguantar el máximo tiempo posible.

viernes, 16 de julio de 2010

AL PASAR POR UN CUARTEL


Uno de los juegos, sobre todo de las niñas, era el de la comba y éste era uno de ellos:


Al pasar por un cuartel
se me cayó un botón,
pasó un coronel
y me dio un bofetón.

¡Qué bofetón tan grande,
¡ qué burro y animal!
que estuve siete días
sin poderme levantar.

La gata comilona
como es tan fina,
se lava los colores
con gasolina.

Y su madre le dice:
-no hagas eso,
que va a venir Felipe
y te va a dar un beso.

-Felipe no me quiere
porque soy pobre.
-Más pobre es la cigüeña
que está en la torre.

lunes, 5 de julio de 2010

ORACIONES


Las tres primeras se decían cuando íbamos a dormir. Recuerdo la voz de mi madre diciéndolas para que las repitiéramos.

I
Cuatro angelitos
tiene mi cama.
Cuatro angelitos
que me la guardan.

Dos a los pies,
dos a la cabecera
y la Virgen María
de compañera.

II
Con Dios me acuesto,
con Dios me levanto.
Con la Virgen María
y el Espíritu Santo.

III
Angel de la Guarda,
dulce compañía,
no me desampares
ni de noche , ni de día.
No me dejes solo que me perdería.

IV

Jesusito de mi vida,
eres niño como yo,
por eso te quiero tanto
y te doy mi corazón.
Tómalo, tómalo,
tuyo es , mío no.

martes, 18 de mayo de 2010

JUEGO CON ESPIGAS



En aquella época, apenas si teníamos juguetes. Nuestra aliada era la imaginación y cualquier cosa nos servía para jugar. En este caso, utilizábamos las pequeña espigas silvestres. Recuerdo dos juegos con ellas y ambos relacionados con los novios.Normalmente, a esto, jugábamos solo niñas.


1-Cogíamos una espiga, la partíamos en dos, le colocábamos la parte de arriba y así , otra vez entera, nos la poníamos y sujetábamos entre los dedos corazón y anular, con la palma de la mano hacia arriba, y a la vez que nos dábamos una palmada sobre la mano que sujetaba la espiga, preguntábamos a la niña que en ese momento tenía el turno:

-¿ Tienes novio, sí o no?
La niña contestaba, pero la respuesta que valía era la de la espiga:

Si la parte rota se desprendía de la espiga, significaba que tenía novio y si, a pesar de la palmada, seguía entera, es que no tenía.


2-En este caso, cogíamos varias espigas y cada una de ellas la partíamos en varias partes, después se las tirábamos a las demás. Los novios que tenían, se contaban por los trozos de espigas que habían quedado adheridas a sus ropas.


( Hay que decir que no a todas las niñas les gustaba este tipo de juegos, ya que les daba vergüenza) ¡ Eran otros tiempos!

viernes, 7 de mayo de 2010


Creo que nunca supe el título del siguiente cuento, así que le llamaré:

CUENTO DE LA LUNA
Érase una vez una niña a la que su madre mandó a la tienda a comprar una bobina de hilo negro. Por el camino, la luna que ya había aparecido en el cielo, aunque aún era de día, le preguntó:

_ ¿Dónde vas, niña?

_Mi madre me ha mandado comprar una bobina negra. (contestó )

_Ah, pues yo necesito ese color. Cuando vuelvas me das ¡ que no se te olvide, porque si no, iré esta noche a tu casa!

_ No, no se me olvidará, señora luna (dijo )

Pero la niña se entretuvo jugando con sus amigas, después de comprar el hilo, y no se acordó de darle un poco a la luna.

Cuando llegó a su casa, se lo contó a su madre y ésta le comentó que eran tonterias. La niña, le pidió volver a salir, pero la madre le dijo que era muy tarde y que ya había jugado bastante.

La niña no estaba tranquila, así que cuando se acostó, le pidió a su madre que se quedara un ratito con ella. La madre aceptó y, de pronto, cuando la niña estaba a punto de quedarse dormida, sonaron unos golpes fuertes en la puerta: ¡ POM, POM, POM...!

La niña, se asustó, se sentó de golpe en la cama y se agarró a su madre con fuerza, diciendo:

_ ¡Ay, mamaíta mía, mía, mía ! ¿ Quién será?
_Calla, paloma mía, mía, mía, ya se irá.
_*No me voy, que en la puerta de la calle estoy.


_¡Ay, mamaíta mía, mía, mía! ¿ Quién será ?
_Calla, paloma mía, mía, mía, ya se irá.
_No me voy, que en el zaguán estoy.


_¡Ay, mamaíta mía, mía, mía ! ¿ Quién será ?
_Calla, paloma mía, mía, mía, ya se irá.
_No me voy, que subiendo las escaleras estoy.


_¡Ay, mamaíta mía, mía, mía! ¿ Quién será?
_Calla, paloma mía, mía, mía, ya se irá.
_No me voy, que en el tercer escalón estoy.


_¡Ay, mamaíta mía, mía, mía! ¿ Quién será?
_Calla, paloma mía, mía, mía, ya se irá.
_No me voy, que en el descansillo de la escalera estoy.


_Ay, mamaíta mía, mía, mía! ¿ Quién será ?
_Calla, paloma mía, mía, mía, ya se irá.
_No me voy, que el último escalón estoy.

_¡Ay, mamaíta mía, mía, mía! ¿ Quién será?

_Calla, paloma mía, mía, mía, ya se irá.

_No me voy que en la puerta de la habitación estoy.



_¡Ay, mamaíta mía, mía, mía! ¿ Quién será?

_Calla, paloma mía, mía, mía, ya se irá.

_No me voy, que en los pies de la cama estoy.


¡Ay, mamaíta mía, mía, mía! ¿Quién será ?

_Calla, paloma mía, mía, mía, ya se irá.

_No me voy, que debajo de la cama estoy.


_¡Ay, mamaíta mía, mía, mía! ¿ Quién será ?

_Calla, paloma mía, mía, mía, ya se irá.

_No me voy, que junto a tu madre estoy.


_¡Ay, mamaíta mía, mía, mía! ¿Quién será?

_Calla, paloma mía, mía, mía, ya se irá.

_No me voy, que...agarrándote los pelos estoy.

*Cuando habla la luna, la voz se hacía lenta y siniestra.

(Al contarlo, el narrador solía cambiar los distintos sitios de la casa por donde pasa la luna. Así, el niño, nunca sabía en qué momento terminaba el cuento y eso hacía crecer el suspense.)





Era un cuento en el pasábamos mucho miedo, pero a la vez nos gustaba.